“Lámina once”, o la lámina que no está, pasea por ocho particulares canciones: “Flan”, “Chivo expiatorio”, “Cinturón gris”, “Fiesta en lo del Dr. Hermes”, “Frankenstein Posmo”, “La Ciudad sin alma”, “Maldito show” y “Rorschach”.
En todas ellas hay un trasfondo común: la manifestación de un malestar con lo que nos toca vivir en las sociedades contemporáneas, las desdichas del momento actual.
El disco plantea un problema filosófico fundamental: ¿cómo llevar adelante una vida examinada?, y es que hay un hilo conductor en las canciones que pone de manifiesto los obstáculos para llevar adelante esa vida. La dificultad para poder ser auténtico, la corrupción o la debilidad ética contemporáneas podrían llegar a confluir en esa pregunta, que tiene un aspecto personal pero también un reverberar de tipo relacional y social. Como siempre lo hace El Cuarteto, el disco propone una visión crítica y la exigencia de un cierto estándar ético en el abordaje de los temas cruciales del hoy. Y nos permite tomar distancia y reflexionar acerca de si no podríamos tener una vida mejor.